La ola rugiente, alcanza la tranquilidad cuando rompe en la playa. Del mismo modo, nuestra alma encuentra reposo cuando llega a la extensa playa del amor de Dios.
Si el amor está presente en la vida, puede compensar muchísimas carencias. Si falta el amor, nada que se tenga será jamás suficiente.
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Homilética, de la Investigación al Pulpito
El Evangelio según Juan Vol. 2 (Tomo 12)
Salvado por Angeles
Charles Finney 

