LA DIGNIDAD DEL MINISTERIO
SERMÓN DEL MONTE
SALMOS DE DAVID
Juan de Antioquía es más conocido por su apodo Crisóstomo, que significa «boca de oro», justamente ganado por el éxito y la fama que alcanzaron sus sermones y homilías. Pero su grandeza personal, que ha perforado la muralla de los siglos, va mucho más allá de la elocuencia; la lectura de sus escritos pone de manifiesto una trascendencia de profundo significado para el predicador actual. Nombrado en el año 398 Obispo y Patriarca de Constantinopla por mandato imperial, desarrolló en la capital del Imperio una ardua batalla contra el fasto y el lujo, además de una intensa labor social y trató de impulsar una profunda reforma del clero, cuyo germen se refleja en la más conocida y famosa de sus obras, Sobre el sacerdocio o La dignidad del ministerio, que se presenta en este volumen.
El lector podrá comprobar por sí mismo con qué maestría, profundidad espiritual y altura teológica Juan Crisóstomo trata un tema tan polémico y espinoso como el del llamamiento pastoral, «para el cual -dice- muy pocos están calificados». Crisóstomo describe la Iglesia siguiendo con fidelidad absoluta a Pablo, pero llevándola a sus consecuencias más pragmáticas: como un organismo viviente, del cual Cristo es la Cabeza y los cristianos son los miembros.
Se incluyen también aquí cuatro de sus más famosos sermones u homilías sobre el discipulado, el arrepentimiento y el perdón en el Sermón del Monte y en los Salmos de David.