El Dr. Crandall se enteró una noche que uno de sus pacientes tenía un elevado conteo de glóbulos blancos, lo cual es un indicativo de la leucemia. El paciente resultó ser uno de sus hijos gemelos de apenas 11 años de edad, Chad. En su lucha contra la enfermedad, el Dr. Crandall desesperadamente buscó la mejor ayuda en la medicina convencional, así como “todo lo que Jesús podía darle” en dones espirituales.
Cuando el Dr. Crandall perdió el paciente que más anhelaba salvar, le pidió a Dios “un millón de almas” a cambio de la vida de su hijo.
Esa oración está bien en camino a cumplirse a medida que esparce por el mundo el poderoso mensaje del amor redentor de Dios.
En Y Los Muertos Resucitan descubrirá las maneras en que Dios lo está llamando a su obra sanadora y redentora de almas. Aprenda como usted, y cada creyente, ha sido llamado a resucitar a los muertos.