Nuestro Padre Celestial jamás haría algo para herirnos.
No toleres la violencia, y “levanta la voz por los que no tienen voz. Defiende a los indefensos” (Proverbios 31:8,9).
La mejor prevención es desarrollar la confianza de tu hijo en Dios y en sí mismo, aumentar la confianza entre los hijos y los padres, valorando el principio del respeto mutuo.
¡Sigue disfrutando mientras aprendes!