La teología es importante para la vida cristiana. Y aunque la teología bíblica está marcada por muchos términos y doctrinas complejos, aún existe lo que J. I. Packer, uno de los principales teólogos del cristianismo, llama “los fundamentos permanentes del cristianismo”. Si es cierto que las Escrituras son la predicación y enseñanza de Dios mismo, el primer distintivo de la buena teología es que busca hacerse eco de la Palabra divina con toda la fidelidad posible.
Esta introducción concisa a doctrinas esenciales destila verdades teológicas para que tanto el estudiante comprometido como el creyente laico puedan llegar a atesorar los pilares inmutables de la fe cristiana.
Cada uno de los noventa y cuatro capítulos explora una doctrina diferente de una manera fácil de entender, sin sacrificar la profundidad, y arraigada en la enseñanza reformada histórica. Organizado con esmero y refrescantemente legible, se trata de un libro que merece su lugar en el estante de todo cristiano. Para la fe cristiana, es fundamental que los creyentes reciban y entiendan las enseñanzas bíblicas como instrucciones dadas por Dios.
Este libro expone de manera breve la esencia permanente del cristianismo, como un sistema de creencias y una forma de vida. La teología es para la doxología y la consagración; esto es, para alabar a Dios y practicar la santidad. Por consiguiente, la teología debe presentarse de tal forma que nos haga conscientes de la presencia divina, y está en su estado más sano cuando se haya conscientemente bajo la mirada del Dios, de quien habla, y cuando canta para su gloria. Dividido en cuatro partes, el libro destaca a Dios como Creador, Redentor, Señor de la gracia y Señor del destino. A medida que aprendas más acerca de las enseñanzas fundamentales de la fe, crecerás en el conocimiento de Dios y lo adorarás como tu Creador, Redentor y Señor soberano.”