Este libro nos recuerda que la fe bíblico-protestante no parte del hombre y su experiencia, sino exclusivamente de la obra de Dios en Cristo Jesús.
Sus páginas nos retan a cuestionar ciertas tendencias del cristianismo actual en un doble desafío: expone con claridad la justicia de Dios contribuyendo de ese modo a una mejor comprensión del Evangelio; y nos invita a nadar contracorriente de la actual moda dominante que entiende la fe y la salvación como un asunto de autodeterminación humana.