¿Cómo dices que no lo conozco?
Algunas mujeres piensan que el sexo es pecaminoso. Otras, en su búsqueda de aceptación, lo ven como una manera de complacer a su pareja. Sin embargo, cuando la relación sexual se practica dentro del vínculo del matrimonio y esa unión se desarrolla siguiendo las directrices bíblicas, es una experiencia sublime, espiritual y placentera en la que ambos se esmeran por satisfacer sus necesidades y por demostrarse su amor. Muy bien lo aclara la autora: “A unos sonroja, a otros avergüenza, a muchos les recuerda un gran dolor […] y es lamentable que sólo a una minoría les provoque ternura, amor y entrega”.
Este libro parte de la base de que Dios creó la relación sexual en la que impera el amor entre dos vidas que se funden de manera emocional, espiritual y física. Con ese objetivo, considera una serie de temas que aclaran falsos conceptos y nos conducen a valorar ese regalo de Dios.