La unidad de la iglesia no es algo opcional
Aunque los cristianos valoran la teología y aprecian la santidad, muchos de ellos no quieren nada que ver con la unidad de la Iglesia. Sin embargo, Dios tiene alta estima por las tres cosas. Por tanto, debe haber una manera de terminar con las divisiones que entristecen al Espíritu Santo sin sacrificar la verdad ni abrazar el pecado. En medio de un mundo que se fragmenta en sus conflictos, la Novia de Cristo debe promover el amor hasta que alcancemos la integridad de la unidad que trae avivamiento.
Hasta la unidad nos muestra que:
- A Dios le aflige la división en la Iglesia, por eso no podemos permanecer indiferentes
- La unidad requiere un nivel de humildad que solo posibilita el Espíritu
- El poder y el testimonio de la Iglesia dependen de nuestra unidad
- La unidad tiene un costo, pero implica una gran bendición
Que Dios levante un ejército de personas llenas del Espíritu Santo en todas las denominaciones, deseosas de luchar por la unidad con toda humildad y mansedumbre.
Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.