Normalmente pensamos que la adoración, la fe, la evangelización y otras actividades «espirituales» glorifican a Dios, ¿pero los negocios?
Negocio parece sinónimo de avaricia y corrupción, no algo en que se pueda imitar al santo Dios. Pero Wayne Grudem cree que al participar en el trabajo y los negocios glorificamos a Dios porque estamos emulando la obra creativa de Dios.
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Proyecto discipulado - Ministerio de niños
Como quebrar el poder del mal
La Biblia Paso a Paso
La Vida de Cristo
Homilética, de la Investigación al Pulpito 

