Lo que Dios comienza permanece.
Muchos creyentes han perdido el derecho a las bendiciones y a los beneficios que les pertencen por no tener la bendición del Padre. El fundamento de la herencia espiritual en el Reino de Dios es la relación de padre a hijo, y viceversa. El ímpetu, el impulso de vivir en posesión de la herencia y no en busca de ella es el mensaje de este libro. Este libro es una viva demostración de Malaquías 4: 5 – 6.