Un buen matrimonio lleva trabajo y tiempo para que los cónyuges no funcionen solos sino en equipo. El amor puede y debe crecer en el matrimonio penetrando cada faceta de su relación en felicidad y comprensión. El amor es aquel aspecto sentimental y psicológico de la relación matrimonial que tiene la capacidad de profundizarse y que debe crecer de atracción a afecto hasta llegar a admiración.
Lo importante es construir juntos la felicidad matrimonial con Jesucristo en nosotros. Es un fin que ha de ser perseguido, no un privilegio que se adquiere de antemano, para eso es necesario comprenderse. Hay fallas en todos los matrimonios que siempre se pueden corregir si los dos quieren y dejando a Dios actuar.
Mi anhelo al editar este libro, es poder ser de ayuda a cada matrimonio cristiano a caminar Hacia Un Matrimonio Feliz, solucionando problemas y conflictos, para honrar al Señor en nuestro matrimonio, en la familia, en los hijos y servirle con libertad en la Iglesia Local y en el Reino.