Cada uno de los nombres de Dios revela un maravilloso aspecto de su naturaleza que puede satisfacer sus necesidades más profundas, consolarle en momentos de tragedia personal, y elevarle a nuevas alturas de alabanza en momentos de gozo.
Dios es tan vasto que los cielos no pueden contenerle. De igual manera, su personalidad es tan compleja que un solo nombre no puede describirle adecuadamente. A lo largo de la Biblia, Dios se reveló a sí mismo a su pueblo por medio de sus varios nombres.
Cuando los israelitas eran temerosos, Dios se reveló a sí mismo como Jehová Salom, que significa “el Señor es mi Paz”. Cuando no estaban seguros de su voluntad, Él se reveló a sí mismo como Jehová Rohi, que significa “el Señor es mi Pastor”.
Él también es Jehová Jiré, “el Señor mi Proveedor”, y Jehová Rofe, “el Señor mi Salud”.
La práctica enseñanza de Marilyn Hickey sobre diecinueve nombres diferentes de Dios abrirá su apetito para perseguir plenamente el amor de Dios y el propósito que Él tiene para su vida.