EL CLÁSICO ENTRE LOS CLÁSICOS SOBRE LOS NOMBRES DE DIOS
Tras un extenso capítulo introductorio en el que invita al lector a conocer a Dios como Dios quiere ser conocido, y la importancia de conocerle de ese modo, procede a un análisis exegético-expositivo detallado de cada uno de los principales nombres aplicados a Dios en el texto hebreo de la Biblia.
Y no tan solo explora el significado de cada uno desde una perspectiva meramente lingüística y etimológica, sino que se adentra de lleno en su sentido teológico en base a su utilización en el contexto y sus aplicaciones desde el punto de vista bíblico, algo que confiere a este libro un valor que lo pone muy por encima de otras obras similares sobre el tema, que se limitan al simple análisis científico desde un punto de vista gramatical.
Demuestra, por ejemplo, como el término Elohim, se utiliza siempre dentro de un contexto relativo casi exclusivamente al Pacto; mientras que Jehová o Yahvé, se emplea en contextos donde se habla y describe a Dios como juez justo. Y así sucesivamente para cada uno de los nombres divinos.
Recurre incluso a la interpretación de símbolos, tipos y analogías, siempre que lo estima necesario, si ello contribuye a esclarecer el significado de los nombres de Dios y a potenciar su riqueza teológica. Algo que los Padres de la Iglesia Primitiva solían hacer también con mucha frecuencia como vemos en todos sus escritos.
Una obra excelente que no defraudará al lector en absoluto. Se trata de uno de esos libros excepcionales que retornan sobradamente lo que cuestan.