Somos la consecuencia de aquello que pensamos. Ni más ni menos. Cada pensamiento es crucial porque produce resultados. Si nos acostumbramos a pensar mal, viviremos una vida muy por debajo de las expectativas que tenemos. Por el contrario, si cambiamos nuestra manera de pensar y adaptamos cada pensamiento a lo que Dios dice, todo cambiará.
ARIEL KIM COMPARTE CLAVES PARA:
- Centrar los pensamientos en Dios.
- Alzar la vista y mirar a través de los ojos de la fe.
- Obtener una visión y no una ilusión.
- Afirmarse en el amor eterno del Padre.
Cuando la mente de una persona se centra en Dios, Él nos da una idea creativa, la que nos lleva a experimentar milagros. La Palabra de Dios es creativa y poderosa, y de esta manera quiere actuar en nuestra vida.