¿POR QUÉ PELEAN LOS TEÓLOGOS?
Incluso un simple vistazo a las redes sociales puede llevarnos a la conclusión de que, para hacer teología, debemos estar enfadados. Lo lamentable es que este tiempo parece caracterizarse por diversas confrontaciones teológicas, llenas de palabras duras, exageraciones, sarcasmo mordaz y el espíritu de «ganar el debate» a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Sin embargo, no tiene que ser así. Es más, no debería ser así.

En La teología fructífera, Ronni Kurtz nada a contracorriente para contrarrestar este predominante problema: en lugar de una teología que conduzca a la ira, la división y la discordia, este libro muestra que todo lo que influye en nuestra mente y la nutre puede conducir al fruto del Espíritu. La teología fructífera es para cualquiera que:
* desea crecer en la comprensión de las Escrituras, pero no quiere que el mucho conocimiento le vuelva arrogante;
* está confundido acerca de la relación entre la doctrina y la vida cristiana;
* le preocupa que las convicciones teológicas promuevan la desunión y la discordia entre los cristianos;
* desea crecer en madurez cristiana, pero no está seguro de cómo
encaja la teología en ese deseo.

¿Qué sucedería si nuestra forma de hablar y de comportarnos estuviera más sazonada con amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio? ¿Cómo podría restaurarse la unidad de la iglesia y maximizarse nuestro testimonio si nos caracterizáramos por dejar aflorar el fruto del Espíritu en lugar de dejarnos dominar por el espíritu de nuestra época?

Puede que la teología no sea la candidata más obvia para ayudarnos a reorientar nuestra vida hacia el fruto del Espíritu, pero la realidad es que una adecuada consideración de Dios nos puede conducir a una vida conforme a su voluntad, y eso es precisamente lo que el autor explora en este libro.