«Cuando las cantimploras se acabaron de nuevo, Louie empezó a dudar de que lograsen sobrevivir. Recordó que al llegar por primera vez a Hawái acababan de rescatar a Eddie Rickenbacker y su tripulación, que habían pasado veintiún días a la deriva en balsas como aquella en la que él se encontraba. Estaba seguro de que veintiún días en una balsa salvavidas representaban lo máximo que un ser humano podía soportar».
Corredor olímpico, bombardero en las fuerzas aéreas y prisionero de guerra, Louis Zamperini se mostró siempre decidido a triunfar y sobrevivir. Jamás le dio la espalda a un desafío, y su vida de aventuras se ha transformado en un modelo de esperanza y perdón para cada generación.
Aquel joven siempre metido en líos, decidió cambiar el rumbo de su vida. Apodado «Tornado Torrance», batió varios récords estadounidenses y participó en los Juegos olímpicos de 1936 en Berlín.