Muy a menudo me toca predicar. Cuando lo hago, soy consciente de una cosa: si un día no tengo el privilegio de ver al Espíritu Santo moverse con libertad, salvando vidas, libertando cautivos, sanando enfermos, restaurando familias, mi alma no podría resistirlo.
Seamos una Iglesia que CLAME, que se HUMILLE, para ver la mano sobrenatural de Dios moverse a favor del necesitado. Jamas nos conformemos con Menos.
Carlos Annacondia
Biblia Mujer Verdadera RVR 1960 - Duotono Coral
Santa Biblia NTV, Edición clásica, letra gigante - Piel Marron
Como Tener Exito en la Vida 

