El fin del mundo.
¿Cuál es su reacción cuando piensa en esto? ¿Miedo? ¿Entusiasmo? ¿Nervios? ¿Lleno de expectación? ¿Lleno de paz? El apóstol Juan tuvo el privilegio de ver un adelanto del fin del mundo. Mientras estaba en el exilio experimentó una visión maravillosa que le brindó un vistazo del cielo. Vio la batalla final entre el bien y el mal. Vio la justicia de Dios. Fue testigo de la seguridad de nuestra victoria y de grandes celebraciones. Lo que Juan describe ensancha nuestra imaginación, alimenta nuestra anticipación, y nos reconforta mientras esperamos la salida final al escenario.