Este adolescente necesita otros padres. Si, pero no unos padres cualesquiera; de ser así, el remedio podría ser peor que la enfermedad.
Este adolescente necesita un padre y una madre que le amen como lo amáis vosotros, que le comprendan como lo hacéis vosotros, que estén dispuestos a ayudarle como lo estáis vosotros, que tengan claras las pautas a seguir como las tenéis vosotros; pero que, a su vez, puedan ejercer de padres por encima de su particular experiencia personal, que no conviertan a su hijo en victima de sus carencias, represiones, temores, inseguridades, dependencias y demás secuelas emocionales negativas.
En definitiva, un padre y una madre que rocen la excelencia a partir de una renovación interior gracias a la aportación que sus hijos han realizado en sus vidas…
Vivir en la abundancia de Dios
Como quebrar el poder del mal
Mi Principe Vendra
Como Vivir sin Aburrirse
Poder sobre el enemigo 

