La verdadera espiritualidad no nace de una intuición interna ni se desarrolla con base en nuestros propios esfuerzos. Nos llega desde afuera. Dios ha hablado y ha dejado Sus palabras registradas en la Biblia. Estas palabras son vida.
Su Palabra llega a nosotros y el Espíritu las aviva en nosotros. El proceso a veces es doloroso y extenuante como un parto, pero su fin es «Cristo formado en nosotros» (Gál. 4:19). Descubrir las dinámicas de este proceso debe ser la meta principal de nuestras vidas.
Como quebrar el poder del mal
El Evangelio según Juan Vol. 2 (Tomo 12)
El Mundo Religioso Latinoamericano
Usos y Costumbres de los Judíos en los Tiempos de Cristo
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