El Espíritu Santo, una vez olvidado, se ha “vuelto a descubrir” en el siglo XXI, ¿o no? Sinclair Ferguson cree que deberíamos frasear de nuevo esta afirmación común: “Aunque su obra se ha reconocido, el Espíritu mismo sigue siendo hoy un aspecto anónimo y sin rostro del ser divino para muchos cristianos”. Con el fin de restablecer el equilibrio, Ferguson busca recuperar por completo el quién del Espíritu así como el qué y el cómo, en la misma medida.
El estudio de Ferguson está arraigado en la historia bíblica del Espíritu en la creación y en la redención, e impulsado por ella. De principio a fin demuestra estar absolutamente en su medio en la teología histórica que la iglesia mantiene con respecto al Espíritu, a la vez que está familiarizado con la amplia variedad de cristianos contemporáneos que han explorado la doctrina del Espíritu Santo. Se hace un estudio de las cuestiones fundamentales y se aclaran. Se escudriña las preguntas difíciles y se les da respuesta. Cada página irradia claridad y un profundo conocimiento. Es la reflexión madura de un teólogo reformado que pide respeto y caridad a aquellos que no concuerden con este punto de vista.