John Stott enfoca cuatro problemas que son frecuentes entre los líderes cristianos, cualquiera sea su nivel de responsabilidad:
- el desánimo,
- el estancamiento,
- las relaciones personales y
- la juventud.
A partir de la enseñanza bíblica, ofrece pautas que ayudarán al líder y a todo discípulo de Jesucristo a mantener la frescura espiritual, llevar una vida plena y un ministerio fructífero.