En este libro analizaremos el darwinismo y, en general, la teoría de la evolución frente a los nuevos descubrimientos de la ciencia. La conclución a la que se llega es la de reconocer que los últimos hallazgos desmienten las afirmaciones fundamentales del transformismo y lo colocan en una situación de descrédito.
La tremenda complejidad del átomo, unida a la del mensaje contenido en el ADN y el código genético que posee cada célula viva, pemiten afirmar que Darwin no mato a Dios -como algunos piensan- sino que, muy al contrario, Dios fue quien planificó al mundo y sigue sustentando con su infinita sabiduría.