Cuando los creyentes se relacionan con Cristo, tocan la realidad de todo lo espiritual, y cuando obtienen más de Él, obtienen lo que Dios preparó para los que le aman.
Sin una visión del Cristo que lo es todo, aun la búsqueda más sincera de Dios puede desviarnos en pos de enseñanzas, virtudes y crecimiento espiritual, los cuales pueden ser objetos ajenos a Cristo, quien es el camino, la verdad y la realidad.