Vivimos en un mundo impuro.
Sintiéndose atrapados en una vida de hipocresía, muchos ven la pureza sexual como algo inalcanzable. Otros todavía cautivos por el pecado, andan en busca de libertad, pero no pueden encontrarla aunque lo deseen desesperadamente.
Muchos otros tienen la certeza de que la impureza sexual nunca les alcanzará. El rey Davis pensaba eso también. Él nunca planeó fallar sexualmente.
Predicando para Cambiar Vidas
Introducción al Nuevo Testamento
Proyecto discipulado - Ministerio de preadolescentes
Cinco Promesas De Dios Para Tiempos Dificiles, Ed. Bolsillo
Maná para cada Día
El Carácter del Obrero de Dios
El Tercer Éxodo
El Cielo: Preguntas y Respuestas - Billy Graham (Ed. Bolsillo) 

