Vivimos en una cultura reaccionaria: cuando surgen cuestiones divisivas los defensores de cada lado comienzan a lanzarse piedras, así que todos terminan más aferrados a sus opiniones y no se fijan en sus intereses comunes. ¡Incluso se olvidan de ser educados! Nunca antes ha habido un tiempo como el presente, en el que los cristianos deban entender y comunicar la verdad de Dios sobre cuestiones controvertidas y polarizadoras. Los creyentes deben desarrollar unas convicciones basadas en la investigación, la razón y la verdad bíblica, así como ser capaces de (y estar dispuestos a) comunicarlas con un amor y respeto que refleje el propio corazón de Dios.
Al tratar temas como el bien y el mal, el sexo, la homosexualidad, el aborto, la política y el medio ambiente, Choque cultural será su guía indispensable para reemplazar el odio reaccionario con amor revolucionario.