El éxito de todo cristiano está en obedecer, no en el mero hacer; y para obedecer hay que escuchar. Hasta que Dios no hable, no te muevas; una vez que haya hablado, no te detengas.
Dios habla, yo lo escuché te guiará en un camino de descubrimiento para escuchar a Dios. Si prestas atención, oirás su voz.
Dios habla, yo lo escuché te anima a vivir una espiritualidad poderosa y la vida como una gran aventura.
Dios quiere hablarte. De la misma manera que José Luis y Silvia escucharon su voz y experimentaron su dirección concreta, tú también lo lograrás.