El 10 de mayo de 1940 los Países Bajos (Holanda) fueron invadidos por la Alemania nazi. A lo largo de los cinco años que duró la ocupación, los holandeses vivieron a la sombra del miedo y adoptaron diferentes posturas ante el saqueo y la opresión del Tercer Reich: una gran mayoría decidió adaptarse a la situación, una vergonzosa minoría decidió colaborar con el enemigo y una honrosa minoría decidió resistir.
Christiaan Johannes (Kik) ten Boom (1920-1945), inspirado por la espiritualidad y la ética social de su abuelo, asumió el riesgoso desafío de sumarse al movimiento de resistencia. Como trabajador de las organizaciones clandestinas LO-LKP y respondiendo al pseudónimo Phylax, desempeñó un rol decisivo junto a su tía Corrie ten Boom en el liderazgo del Grupo BJ: una red secreta integrada por toda su familia, su novia, muchos amigos y decenas de compañeros anónimos. Fue en aquella red, con sede en las ciudades de Haarlem y Hilversum, donde más de 800 judíos y disidentes políticos perseguidos encontraron no sólo escondites, documentos de identidad falsificados y tarjetas de racionamiento robadas para sobrevivir, sino también una comunidad afectiva y solidaria que los ayudó a encarar la vida y aun la muerte desde la sabiduría del amor, el bien común y la paz.