Hebreos es un libro plenamente asequible para todo aquel que tiene hambre y sed de Dios y de la verdad divina. No hay ningún libro que supere a este en animarnos en nuestra fe y entusiasmarnos por la persona de Jesucristo. Precisamente para eso fue escrito; porque Jesús, su persona y su obra, son los temas principales de esta epístola.
¿Qué estamos perdiendo si desconocemos este libro? Hay muchas respuestas posibles a esta pregunta, pero quizás, el rasgo más distintivo de esta epístola sea su exposición de la relación que existe entre el Antiguo Testamento y el Nuevo: los puntos de contraste entre ambos y también los puntos de continuidad y de cumplimiento. Por esto, Hebreos tiene un contenido doctrinal único y es un libro clave para la comprensión del conjunto de la Biblia. De esta manera, es muy difícil entender cristianamente el Antiguo Testamento sin un conocimiento amplio de Hebreos.
En Hebreos vemos las sombras del pasado a la luz de la realidad de Cristo; entendemos de qué manera Cristo es el cumplimiento de lo antiguo; se nos explica cómo el orden material y temporal del Antiguo Testamento cede ante un nuevo orden espiritual y eterno que es realmente el orden que Dios tenía en mente desde el principio.