UN ENCUBRIMIENTO DE PROPORCIONES BÍBLICAS
Hace varios siglos, traductores del Nuevo Testamento perpetraron una ocultación que, desde entonces, se ha mantenido deliberadamente escondida. Es muy posible que su propia Biblia sea parte de este fraude.
En este libro, John MacArthur expone esta revelación esencial y clarificadora que puede evitar que su relación con Dios no sea todo lo correcta y plena que debe ser. Esta revelación es poderosa. Controversial. Pero con nuevos ojos podrá usted ver la riqueza de su salvación de una manera radicalmente nueva. ¿Qué significa ser cristiano en la manera que Jesús lo definió? MacArthur dice que todo se reduce a una palabra:
ESCLAVO
«Hemos sido comprados por precio. Somos propiedad suya. Pertenecemos a El».
UNA PALABRA PUEDE CAMBIARLO TODO
Como seguidores de Jesús, nos llamamos «cristianos» no obstante que esta palabra aparece solo tres veces en el Nuevo Testamento. Para identificar a los seguidores de Jesús, la Biblia usa una serie de otros nombres tales como hijos de Dios, ciudadanos del reino de los cielos, miembros de su Cuerpo, ovejas de su rebaño. Pero hay una palabra que se usa con más frecuencia que cualesquiera otras: esclavo.
¿De veras? Sí, aunque si hace una lectura superficial de su Nuevo Testamento va a ver que la palabra se usa muy pocas veces. ¿Por qué? Según John MacArthur, esto se debe a que la palabra griega para esclavo (doulos) ha sido mal traducida en casi todas las versiones conocidas.
En esta obra, John MacArthur analiza a fondo un misterio histórico que data desde los seguidores de Jesús en el primer siglo. El evangelio define claramente la autoidentificación de estos: mediante el pago de un precio habían sido hechos libres del pecado pasando a ser esclavos de Cristo. Y tenían el marco de referencia para entender sin ninguna duda lo que eso quería decir.
No escuchamos hablar de esto en las iglesias de hoy», dice MacArthur. «La esclavitud es un concepto de mal gusto para las sensibilidades modernas; en cambio, oímos decir que Dios ama al ser humano incondicionalmente y quiere que llegue a ser lo que quiere ser. Ambición personal, realización personal, gratificación personal. Todo esto ha llegado a ser parte del léxico del cristianismo evangélico y la esencia de lo que significa tener una relación personal con Jesucristo».
La verdad hay que decirla. El evangelio no es sencillamente una invitación para hacerse amigo de Jesús. Socios en la batalla. Compañeros del camino. La Biblia incluye un mandato inconfundible para llegar a ser su esclavo. Esto es lo que significa ser cristiano.