Un día a la vez
El largo camino de la vida se transita, un día a la vez, por ahí alguno quiere correr más rápido, pero no se puede, así como tampoco se puede ir más lento. Siempre es “un día a la vez”.
Si el libro llega a sus manos, confiamos en que de alguna manera le sea de bendición; tal vez por el texto elegido, y por alguna anécdota que se incluyó, o quizás por alguna frase que le resultó justo para su situación.
Creemos que el Señor en su inmensa misericordia y amor, cada día nos busca para acompañarnos en nuestro peregrinar a nuestra patria celestial, y en cada encuentro utiliza las más diversas herramientas; confiamos en que estas meditaciones sea, de alguna manera una sencilla y sensible herramienta.