«Mi consideración de Jesús determina la obra del Espíritu Santo en mi vida».
En la cultura oriental, el principio de la honra se hace notar mediante el título que se le otorga a alguien, y su énfasis se incrementa a dimensiones exageradas a comparación de la cultura occidental. En los tiempos de Jesús, multitudes de gente se acercaron al Hijo de Dios. Pero no todos recibieron algún milagro. Pero, ¿por qué? Existen títulos y actitudes que honran a Jesús, y otros que lo deshonran.
La honra no era poca cosa en la cultura hebrea al igual que en todo Oriente. El verbo Kabad significa “apreciar por lo importante que es”. El equivalente en el idioma griego, que es timé , se le añade la idea de algo muy pesado y valioso “como el oro”. Uno de los canales por las que se exteriorizaba la honra o deshonra era la manera en que la gente llamaba a alguien, sobre todo si se trataba de gente importante o que estuviera en un lugar superior con relación a quien lo invocaba.