Conocer la historia de la Iglesia es una manera de hacer teología y espiritualidad. Un ejercicio continuo de aplicación y de actualización de la Palabra de Dios en el mundo, que manifiesta las riquezas del mensaje cristiano y de los caminos de Dios en la humanidad. Por ello, apenas si es necesario insistir en la necesidad que todo cristiano culto tiene de estudiar la historia de la Iglesia como un modo más, no sólo de ilustrarse, sino de alcanzar la maduración ética y doctrinal. Pastores, maestros, evangelistas, misioneros, profesores de seminario, e incluso personas ajenas a la fe, pero interesadas en el devenir histórico de nuestra civilización, tienen mucho que aprender de la presente obra. Su lectura ayudará a entender en qué medida el conocimiento de Cristo y su mensaje siguen las pautas dejadas en el Evangelio y manifestadas en el correr de los siglos, o ha sido deformado por intereses eclesiales o de partido.
¿Qué sucedió tras la muerte de los apóstoles, testigos privilegiados de Jesucristo? ¿Cómo afrontó el cristianismo la cultura grecorromana? ¿Cuál fue el alcance y significado de las persecuciones? ¿Qué supuso la conversión de Constantino para la Iglesia?
Eusebio tuvo el privilegio de asistir al nacimiento de la civilización occidental tal como nos ha sido familiar hasta nuestros días.